VALÈNCIA. ¿Cuántas veces se han quedado en casa o no han hecho algo que les apetecía mucho por tener dolor? ¿O son de los que siempre llevan analgésicos a todas partes? Incluso, puede ser que hayan perdido toda esperanza y piensan que ya no tiene solución.
El doctor Manuel Cifrián Pérez, especialista en radiología intervencionista y responsable de UTEMI en IMED Valencia e IMED Levante, nos ha explicado en Plaza Radio, la voz de Valencia Plaza, cuáles son las técnicas más innovadoras con las que cuentan para el tratamiento y eliminación del dolor.
La medicina regenerativa y la utilización células madres, grasa, medula ósea, la implantación de los propios cartílagos… son algunos de estos procedimientos. No solo se elimina o reduce el dolor del paciente, sino que también se regeneran estructuras dañadas. “Empleada muchas veces en combinación con otras técnicas, conseguimos una mejoría rápida del dolor del paciente y revertir los cambios degenerativos de rodilla, hombro, cadera y columna vertebral”, señala el responsable de la Unidad de Técnicas Mínimamente Invasivas de Tratamiento del Dolor (UTEMI), basada en la radiología intervencionista. Esta subespecialidad de la radiología se centra en el tratamiento de muchas enfermedades mediante técnicas no invasivas y combina los avances médicos con la mejor guía de imagen (fluoroscopía, TAC o ecografía). De esta forma, se evita la cirugía convencional y los peligros y efectos secundarias que conlleva. “En la cirugía invasiva se producen heridas, lesionan músculos, ligamentos y, aunque la cirugía pueda salir bien, pueden aparecer complicaciones en la cicatrización de las lesiones. Además, siempre será una espalda operada. En IMED Valencia no se dañan las estructuras ni se altera la anatomía del paciente que se recupera de forma inmediata”.
Por otra parte, cada paciente es un mundo y el umbral del dolor es diferente en cada persona. Dos pacientes pueden sufrir la misma patología y que el diagnóstico por imagen sea muy similar pero sufrir dolores totalmente diferentes. “Siempre se realiza una valoración integral del paciente a través de la exploración física, historial y técnicas de imagen. Son tratamientos muy específicos e individualizados. Una vez tratado el problema siempre realizamos un seguimiento del paciente para poder obtener el mejor resultado clínico y mejorar la calidad de vida a largo plazo”.
70 procedimientos para tratar cualquier dolor
El doctor Cifrián resalta que es posible tratar prácticamente cualquier tipo de dolor: “Disponemos de más de setenta procedimientos distintos. El ranking de los dolores de los valencianos lo encabezan las hernias discales, dolor lumbar, cervical, fracturas vertebrales, varices, dolor facetario, dolor sacro iliaco, dolor oncológico, dolor musculoesquelético en hombro, rodilla o cadera…sin olvidar las personas con fibromialgia que, como el doctor Cifrián comenta, son pacientes complejos con múltiples dolores en articulaciones y otras zonas del cuerpo que llevan mucho tiempo sufriendo. Son varios focos de dolor que limitan su vida diaria”.
Entre las técnicas más novedosas y llamativas está el tratamiento de las hernias discales. El doctor Cifrián describe como se actúa ante esta patología: “Se debe confirmar que el dolor que padece el paciente es provocado por la hernia discal. En caso afirmativo, se realiza un tratamiento guiado por imagen. Con anestesia local se introduce una aguja muy fina que llega hasta el problema que causa el dolor. Esta aguja sirve de guía para poder aspirar la hernia, o quemarla, y retraerla. Son sistemas tan finos que no requiere poner puntos ni grapas.
Se trata la hernia que está comprimiendo el nervio pero de una forma poco agresiva sin cortar músculos, ligamentos o hueso. A diferencia de la cirugía convencional tampoco hay fibrosis, cicatrización con lo que se evita que surjan problemas a corto o largo plazo. Este procedimiento dura entre 45 y 60 minutos y la mayoría de los pacientes notan mejoría al día siguiente. Una mejoría que al mes ya está consolidada. Además, el paciente puede retomar su vida al día siguiente. En cambio, en una cirugía convencional tardaría, como mínimo, entre seis o siete semanas en poder llevar una vida normal.