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el joven turco / OPINIÓN

Volkswagen contra tu cuñado

Foto: KIKE TABERNER
28/03/2022 - 

Somos una sociedad fascinante, por contradictoria y pirotécnica que diría Berlanga. La misma semana que se acusaba al presidente del Gobierno de ‘forrarse’ con los impuestos y el cuñado, no necesariamente en su acepción familiar, que todos tenemos en grupos de WhatsApp te pasaba una foto sobre lo que se ‘quedaba’ Sánchez cada vez que repostabas en la gasolinera, se anunciaba la inversión de Volkswagen en la provincia de Valencia para su nueva gigafactoría de baterías.

Entre lo uno y lo otro, además de lo evidente, hay un abismo en la forma de entender la política. También simplemente en la capacidad de entender, pero ese es otro debate. Porque si alguien piensa que sin lo público y sin gobiernos viviríamos mejor debería borrar esta semana de su memoria. Lo sentimos por los predicadores del ‘bitcoin’, los youtubers andorranos o por Daniel Lacalle, pero los grandes determinantes del futuro económico continúan, probablemente siempre sea así, necesitando de la política.

Apostar por la reindustrialización es una decisión política. La operación de desbloqueo, reimpulso y ampliación de Parc Sagunt, uno de los elefantes blancos de la economía valenciana, es una decisión del Gobierno valenciano desde 2015 y este es su último resultado. Generar las infraestructuras que hacen atractivo el territorio para esta inversión es política, porque sin las conexiones actuales o sin el avance de obras del corredor mediterráneo, financiadas con los presupuestos públicos sería imposible pensar en fabricar aquí las baterías para el resto de la industria. 

Parc Sagunt.

Habilitar fondos europeos para impulsar proyectos de nueva industria e invertir los recursos de todos en ello es una decisión, frente a la vara de la austeridad con la que se trató la anterior crisis. Diferentes decisiones, pero decisiones políticas, al fin y al cabo. La existencia de la Universidad Politécnica, pública y en el primer nivel europeo, o el avance de la FP conectada con esta nueva industria es también una decisión política y sin el talento que generan no habrían considerado Valencia como destino prioritario. Y sin la tradición de diálogo social de los sindicatos valencianos, del que es ejemplo la trayectoria de Ford, tampoco lo habríamos sido.

Quienes defienden como única respuesta a todo bajar los impuestos y cruzarse de brazos a esperar el milagro nunca lo reconocerán, pero el principal motor de futuro económico es lo público. No lo público de forma aislada, ni mucho menos, pero si lo público de forma necesaria. Mucho más cuando el escenario no es de continuidad sino de transformación, como ahora mismo. De hecho, aquí ya hemos probado otro papel de lo público durante mucho tiempo. La receta de menos impuestos para quienes más tienen, ausencia de inversión pública y política industrial, terciarización a base de servicios baratos y grandes eventos. Las mieles de lo público reducido a la mínima expresión, excepto en su vertiente de promotor y pagano del canon de turno. Se pueden consultar los resultados.

¿En qué papel quedan esta semana quienes afirmaban que la Comunitat Valenciana era un infierno fiscal en el que nadie quiere invertir? ¿cómo van a intentar vendernos ahora que quitar impuestos al 3% de los herederos más ricos de nuestra tierra es lo que nos separa de ser el ‘Silicon Valley’ mediterraneo? Y, ¿en que plano se sitúan los que como María José Català, ya conocida esta noticia, acusan de inacción a Ximo Puig y se rasgan las vestiduras porque en Barcelona han decidido poner las instituciones los 70 millones de euros para celebrar la Copa América, para los que aquí pedíamos involucrar inversión privada, mientras allí se lamentan de haber perdido el tren de la fábrica de baterías? 

Tampoco es una buena semana para quienes alientan la nostalgia y el miedo al futuro. Negacionistas y combatientes contra la agenda 2030 o el ‘consenso progre’. ¿Cómo habría atraído nuestra autonomía o nuestro país una industria para electrificar el sector por antonomasia del combustible si tuviéramos a los mandos a quienes niegan el cambio climático?

Se van a generar de forma directa 3000 puestos de trabajo cerca de nuestras casas, bien remunerados y cualificados, se va a poder impulsar un entorno de innovación que arrastrará otras industrias y se va a aumentar la productividad que permitirá mejores salarios. Y no ha ocurrido porque un lobo solitario contra los límites y dificultades que le pone el malvado Gobierno y el Estado haya conseguido heroicamente el éxito empresarial, sino porque entre todas y todos hemos tomado una serie de decisiones, hemos pagado una serie de impuestos y hemos construido con ellos las condiciones para hacerlo posible.

La noticia económica más trascendente en décadas para la Comunitat Valenciana es fruto de decisiones políticas, es posible gracias a lo público y se lo podemos contar al cuñado que todos tenemos cerca.

P.D. Perdonad la reiteración de las palabras público y política a lo largo del texto, pero es la respuesta a la reiteración de quienes las demonizan para intentar engañar a quienes vivirían mucho peor sin ellas.

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