VALÈNCIA. El concejal de Vox en el ayuntamiento de Puçol, Alberto de Jesús, ha presentado este lunes su renuncia a la competencia que tenía asignada: la concejalía de asuntos taurinos. Con esta decisión, deja de prestar su apoyo al equipo de gobierno local que pierde la mayoría absoluta y a partir de ahora pasará a gobernar en minoría con 6 ediles del Partido Popular, uno de Ciudadanos y otro del Partido de las Urbanizaciones.
Una decisión que pone en una complicada situación la gobernabilidad del ayuntamiento de la localidad, que hasta ahora había funcionado gracias al pacto a cuatro que mantenía Vox con estos tres partidos. Sobre su marcha, de Jesús ha explicado que durante los últimos dos años se había "visto coartado" por los demás partidos en el gobierno.
Y es que las discrepancias, según han señalado fuentes del gobierno municipal, han sido una constante en estos últimos meses. La más llamativa de todas ellas, las opiniones enfrentadas sobre la celebración del Día de la Mujer. Sin embargo, el detonante definitivo para Vox ha sido la imposibilidad de aprobar nuevos presupuestos en los cinco meses que han transcurrido de 2021. Algo que el gobierno podría haber hecho fácilmente con su mayoría absoluta, pero que se ha complicado por las desavenencias entre PP y Vox.
Así, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre las cuentas, Vox ha decidido abandonar el gobierno. "Las cuentas llegan tarde y mal", ha lamentado el edil, que también ha señalado que, bajo su criterio, la alcaldesa, la popular Paz Carceller, "ha dirigido su equipo de una forma dictatorial y de desprecio a Vox mientras incumplía los acuerdos alcanzados".
En cuanto a la oposición, ahora queda conformada por el edil de Vox, los 5 del PSPV y los 3 de Compromís. Según han señalado desde el Partido Socialista, en los próximos días se reunirán con su ejecutiva local para conocer la opinión de los militantes y analizar los siguientes pasos a seguir. La moción de censura contra la alcaldesa todavía no es una opción que esté sobre la mesa aunque, como todo, "se discutirá".
Por el momento, el principal partido en la oposición supedita el futuro político del municipio a la aprobación de unos presupuestos para el año 2021. Unas cuentas que el Partido Popular ya ha presentado ante la junta de portavoces pero que el PSPV ha preferido no valorar por ahora.
Así, se abren diversas opciones: o alguno de los tres partidos en la oposición acepta aprobar las cuentas que ha presentado el equipo de gobierno en minoría, o los presupuestos de 2020 tendrán que seguir prorrogados. Circunstancia complicada especialmente en un año de pandemia, donde las necesidades son muy diferentes a las de años anteriores.
Sin presupuestos, la posibilidad de una moción de censura podría volver a sobrevolar el pleno municipal. Aunque la situación no es tan sencilla como parece a priori: Compromís y PSPV mantienen una relación más bien distante desde que se rompiera su pacto de gobierno en el año 2018. Y, además, tendrían que encontrar el apoyo o bien del concejal de Vox, en las antípodas políticas, o de alguno de los ediles que están actualmente dentro del equipo de gobierno, ya sea el de Ciudadanos o el del Partido de las Urbanizaciones.