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entrevista al pirotécnico valenciano un año después de dejar de disparar en españa 

Caballer: "Cualquiera que ve la mascletà desde el balcón gana mucho más dinero que un pirotécnico"

16/11/2023 - 

VALÈNCIA. El pirotécnico valenciano Ricardo Caballer está considerado como uno de los mejores a nivel mundial. Con una trayectoria profesional de varias décadas y tras disparar en algunas de las fiestas más importantes a nivel nacional, la Pirotecnia Ricasa anunció en noviembre de 2022 que dejaba de realizar espectáculos en territorio español. Así, durante este año se han dedicado únicamente a la fabricación en España, aunque sí que han continuado disparando en el resto del mundo. Tras este tiempo, Caballer cuenta en esta entrevista cómo decidió cambiar el rumbo de su empresa, cómo ha cambiado su vida y, lo que todos los valencianos se preguntan: ¿Ricasa va a volver?

 -Ricasa anunció que dejaba de disparar en España, pero lo han continuado haciendo en otros países. ¿Cómo ha ido este año? 

-Así es, en la Plaza del Ayuntamiento y en general a nivel España, dejamos lo que es materializar los espectáculos. Tuvimos que decir a todo que no, porque mis clientes de toda la vida se merecían el respeto de que, si la decisión era para uno, era para todos. Y ha ido bien, es una experiencia nueva, porque yo había nacido para hacer espectáculos, pero las cosas cambian, todo es un poquito más complicado. Aun así, hemos crecido bastante en el tema de fabricación de fuegos artificiales para distintos eventos, continúan estando nuestros productos en muchos eventos, pero ya no vamos nosotros personalmente a materializar los espectáculos.

-Continúan en muchos eventos de talla internacional, porque hace relativamente poco ha vuelto de Japón. ¿Cómo se gestiona esa producción?

-Sí, a nivel internacional es lo que más trabajamos, porque el 95% de todo lo que hacemos es para el extranjero. Antes era un 15% o 20%, porque hacía los espectáculos más grandes en España, y ahora hemos crecido bastante más en el extranjero. De momento estamos contentos, nuestro mercado abarca festivales musicales, béisbol, fútbol americano, etc. Además, estamos en parques temáticos que no puedo nombrar, pero que están en Estados Unidos, Europa y Japón, y también estamos en festivales europeos de música como Tomorrowland y Defqon.1, y conciertos de grupos de música muy importantes, que hacen giras por todo el mundo.

-¿Cree que peligra el futuro de la profesión? 

-Bueno, yo siempre digo que antes era distinto, porque los nanos tiraban un poquito más hacia delante en ciertas cosas. Tenían una ignorancia muy grande, y la ignorancia es muy buena muchas veces. A mí me hubiera gustado tener a gente por detrás que fuese ignorante, pero atrevida, que quiera hacer cosas nuevas y que me sorprenda. Hoy en día, cometer un error se magnifica muchísimo más con las redes sociales, y empiezas a tener miedo en hacer determinadas cosas que antes veías normales. Por ejemplo, lo que yo hacía cuando tenía 19 años, ni de coña lo haría ahora.

-¿Qué cualidad debería tener necesariamente un buen pirotécnico?

-Para mí es muy importante que la gente sea técnica, porque hoy en día hay una ignorancia muy grande en la persona que va a montar un espectáculo, y esa ignorancia, a veces, es mala. Un técnico necesita saber montar un espectáculo, utilizar los ordenadores y, sobre todo, saber qué es lo que está lanzando. Y yo necesito que se hagan muy buenos espectáculos para yo vender un producto de calidad, porque si los espectáculos cada vez son más malos, mi producto no se vende.


Caballer, en un momento de la entrevista. Foto: VP 

¿Cuál sería su mascletà ideal?

-Mi mascletà ideal fue la última que disparé. Fue todo digital, con ordenador, y fue una locura. Pero fue una locura invendible. Es una mascletà que se hizo porque yo la tenía en la cabeza desde hace bastantes años. Es más segura, lo tengo todo más controlado, porque a mí me gusta tenerlo todo bajo control, y también puedo controlar mucho más los ritmos, dentro de la asimetría que es una mascletà. Me gustaría que este tipo de espectáculo se pudiera vender, pero creo que es un problema de los ayuntamientos, porque deberían poner mucho más presupuesto. Al fin y al cabo, cualquier persona que ve la mascletà desde el balcón gana mucho más dinero que un pirotécnico, y este tipo de espectáculos generan mucho más dinero del presupuestado.

Ahora se está dedicando a la fabricación, ¿cómo es un día en la vida de Ricardo Caballer? 

-Es muy dinámico. Al dejar de hacer espectáculos, la mente se abre más. Lo bueno que tenemos nosotros es que, como sabemos hacer espectáculos, intentamos aplicar la pirotecnia nueva que estamos haciendo a lo que es un disparo. Normalmente, la gente que fabrica no dispara, no sabe qué es lo que al cliente le gusta. Nosotros hace relativamente muy poco que dejamos de disparar, y continuamos probando. Aquí dos más dos no son cuatro, siempre hay problemas y cosas que ajustar. No es sencillo, porque hay mucho más control de la producción diaria, de los trabajadores, los arreglos de los pedidos, etc.

-¿Prueban todos los días la pirotecnia que fabrican? 

-Sí, es algo que llevamos haciendo muchos años, incluso antes de que llegaran los controles de calidad. Lo hacemos todos los días por la mañana y por la noche, y también le enseñamos el producto al cliente haciendo espectáculos para nosotros mismos, los grabamos y se lo enseñamos. Porque si al cliente le enseñas un petardo, puede que el producto no le convenza, pero si le enseñas lo que puedes hacer con muchos, la secuencia puede interesarle. Por eso a mí me gusta tener un cliente exigente, porque, aunque en un momento dado te pueda molestar, es el que te hace crecer. Al cliente que le dan igual las cosas no me acaba de gustar. 

-Aunque fue una decisión muy meditada, creo que debió darle tristeza dejar de disparar en tu ciudad y en tu país. ¿Lo echa de menos? 

-Ciertas cosas sí, pero hay otras cosas que no echo de menos. Llegamos a una situación en la que teníamos cien trabajadores, y no podíamos tener más porque no había capacidad ni gente que quisiera trabajar en esto. Si este año hubiéramos hecho disparos, puede que no hubiéramos trabajado con tanta calidad y hubiéramos perdido clientes. Evidentemente sí que me gustaría disparar, al final tienes esa deformación profesional y siempre buscas hacer cosas, pero cada vez es más complicado. Yo lo que quiero es hacer un espectáculo, no toda la burocracia que lo rodea: hablar con Bomberos, Protección Civil, Policía, Guardia Civil, Ayuntamiento, etc. Todo eso me distrae.

-¿Ricasa va a volver?

-Ahora mismo no lo sé. De momento, no me veo con las ganas con las que me gustaría volver. Nunca se sabe cuándo volveré a encender esa mecha. De momento, este año lo he disfrutado, aunque es verdad que siempre me gustaría hacer un disparo, pero es complicado. Costó bastante decir no, y volver a decir sí es fácil, pero luego se complica. De momento continuamos con fabricación, pero nunca puedes decir nunca jamás.

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