ALICANTE. La firma heredera de la histórica empresa de calzado y equipación deportiva Kelme, New Millennium Sports, avanza hacia el momento crítico del concurso de acreedores al que se acogió en octubre de 2021, hace prácticamente un año. Tras meses de negociaciones, el administrador concursal de la empresa, el despacho ilicitano Galsan Consultores, ha confeccionado un convenio de acreedores que consideran que puede garantizar la continuidad de la empresa. Pero para ello necesitarán la complicidad de acreedores tan 'duros' como Hacienda.
La cuestión es que, si bien New Millennium Sports pidió el concurso para evitar la ejecución de una sentencia de 3,2 millones de euros (tras perder un pleito por incumplimiento de contrato con un distribuidor), la deuda aflorada durante el proceso se eleva a 15 millones de euros, la mitad de ellos con su principal accionista, el holding chino Yuanxiang, que ya tuvo que capitalizar la deuda de la firma española en 2019 al no poder afrontarla. Y la propuesta para salvar al heredero de la Kelme original, que ya sucumbió a una deuda imposible de afrontar, pasa porque sea el socio chino quien cobre primero.
Es decir, que los acreedores privilegiados renuncien a ese privilegio y esperen a cobrar una vez que New Millennium Sports se ponga al día con su distribuidor asiático y ahora máximo accionista. Entre ellos, como se ha dicho, figuran Hacienda y la Seguridad Social, que son (junto a aquellos que tengan garantías hipotecarias) los primeros que cobran en un concurso, tanto si la empresa se liquida como si se aprueba un convenio.
No solo eso. La segunda complicación para sacar adelante el convenio es que plantea una quita del 65%, lo que supone su consideración como gravoso y por tanto eleva las exigencias de cumplimiento del convenio. Es decir, una vez aprobado, cualquier incumplimiento de New Millennium Sports permitiría a esos acreedores que hubieran renunciado a su privilegio para permitir la aprobación instar la liquidación para intentar recuperar parte de su crédito. En todo caso, este escenario debe ser primero refrendado en la junta de acreedores que convoque el juzgado.
La convocatoria, en este sentido, podría ser inminente, para determinar si New Millennium Sports sale adelante (al menos temporalmente) o acaba en liquidación siguiendo el camino de la Kelme original. En todo caso, la propiedad intelectual de la marca está fuera del concurso y, en principio, su continuidad en manos del nuevo propietario estaría garantizada. Y siempre existe la posibilidad, aún en el peor escenario, de conseguir que un inversor compre la unidad productiva en la liquidación. El objetivo del administrador, así, no es solo salvaguardar la continuidad de Kelme, sino la veintena de empleos que sostiene en Elche y la responsabilidad de los administradores.
En 2020, New Millennium Sport tenía un activo valorado en 19 millones de euros, según sus últimas cuentas anuales, aunque 12 de esos millones se correspondían con el activo no corriente y, especialmente, con el fondo de comercio y el activo por impuestos en diferido. En el pasivo figuraban 16 millones de euros a corto plazo. El distribuidor de Kelme facturó 3,1 millones de euros el último ejercicio antes de declararse en concurso, menos de la mitad que antes de la pandemia (6,8 millones) y perdió 1,8 millones, según las cuentas.
La firma histórica de artículos deportivos fundada en Elche tuvo que ser rescatada en 2008 por la Generalitat, que impulsó un fondo de capital riesgo, Tirant, junto al grupo catalán Riva y García. Con la retirada del IVF de la empresa y la entrada de su socio chino (inicialmente, su distribuidor en la región) con el 80%, la empresa ha pasado a estar controlada por Jianxiang con Riva y García como socio minoritario.