El analista explica que los datos macro estructurales que se vienen publicando en las últimas fechas están absorbiendo la problemática económica
MADRID. Tras el mal dato de IPC de agosto de Estados Unidos, Wall Street se puso los pertrechos con todas las defensas posibles para prepararse para la siguiente batería de datos, incluidas las ventas minoristas, que sorprendieron positivamente en su dato principal. Sin embargo, al igual que con la inflación, lo que empeora es el dato base -que excluye las ventas de vehículos- compuesto por los elementos más estructurales. Y eso es preocupante porque esperamos una recuperación, que tardará más que el tiempo que se ha dilatado en llegar a los niveles actuales.
Así está la situación donde los datos económicos estructurales están absorbiendo la problemática económica. Lo están haciendo pasando de ser algo 'temporal' -recordemos las palabras tanto de Powell como de Lagarde- a algo 'crónico' que requiere de medidas extremas para intentar combatirlo, es decir, subir los tipos de interés.
Por otro lado, existe un mercado que empieza a reflejar las expectativas sobre los tipos de interés: el de renta fija, con una inversión cada vez más profunda de la curva de rendimiento entre los bonos de 2 a 10 años que emite señales económicas cada vez más sombrías. Vemos como la yield o rentabilidad del bono americano a 10 años se sitúa en el momento de escribir estas líneas en el 3,42%; mientras el bono de referencia en Europa, el Bund alemán, ofrece una rentabilidad del 1,72%.
Es curioso observar cómo estos activos ya ofrecieron un primer 'techo' de rentabilidad del 3,49% y 1,92% respectivamente a mediados del pasado mes de junio. ¿A alguien le suena el objetivo del 2% del BCE? ¿O que después de la última reunión de la FED -donde se subieron los tipos 75 puntos básicos- y para este 21 de septiembre otros 75 puntos los situarían en el 3%-3,25%? Y la cosa no parece mejorar porque a la Reserva Federal norteamericana todavía le quedan dos alzas adicionales que rebasarán, sin duda, el objetivo del 3,25%-3,50%.
Por su parte, Christine Lagarde en su rueda de prensa posterior a su última decisión afirmó que todavía quedan "más de dos y menos de cinco” encarecimientos del precio oficial del dinero en la Eurozona. Mientras tanto, el Euríbor en España se sitúa 'curiosamente' en el entorno del 2%. ¿Casualidad? No, nunca, al menos no en los mercados. Aquí sólo hay dos tipos de inversores: los que saben lo que va a ocurrir -las manos fuertes- y los que esperan que algo suceda -el resto-. Puede sonar muy parecido, pero en el detalle está la diferencia.
Por eso, cuando nos hacemos la pregunta de si hemos tocado suelo, lo primero que ha de venirnos a la cabeza es un no rotundo. Si los tipos de interés no han tocado techo, el mercado no hará lo contrario y su sensibilidad a las decisiones de política monetaria son muy elevadas, tomando como referencia las reflexiones de un reconocido inversor estadounidense: ni más ni menos que Ray Dalio. "Estimo que un aumento en los tipos de interés hacia el entorno del 4,5% producirá un impacto negativo de alrededor del 20% en los precios de las acciones”, dijo Dalio en una publicación de LinkedIn fechada el martes de la publicación del IPC.
Pero Dalio cree que los tipos podrían incluso alcanzar el extremo superior de un rango de 4,5% al 6%. "Esto reducirá el crecimiento del crédito del sector privado, lo que reducirá el gasto del sector privado y, por lo tanto, la economía", comentó. Lo que se define en la actualidad como la famosa 'destrucción de la demanda'. ¿A alguien le suena? Aparentemente detrás de esta predicción está la creencia de que el mercado está subestimando severamente dónde terminará la inflación: en 2,6% durante los próximos 10 años frente a lo que él ve como 4,5%-5 % a mediano plazo... salvo conmociones adicionales como por ejemplo la crisis energética en Europa. En cuanto a lo que sucede cuando las personas comienzan a perder dinero en los mercados, el llamado 'efecto riqueza', espera menos gastos a medida que ellos y sus prestamistas (los bancos) se vuelven más conservadores.
Para concluir con Ray Dalio: “El resultado es que me parece probable que la inflación se mantenga significativamente por encima de lo que la gente y la FED quieren que sea -mientras que la tasa de inflación interanual caerá-, que los tipos de interés subirán, los mercados bajarán y la economía será más débil de lo esperado; y eso sin tener en cuenta las tendencias de empeoramiento de los conflictos internos y externos y sus efectos".
Como suelo indicar en mis últimas publicaciones, que no se diga que no hemos avisado.
Darío García es analista de XTB