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MÉTODO LEAN STARTUP

Néstor Guerra: "Antes tardábamos dos años en fracasar, ahora dos meses"

Es uno de los expertos más reconocidos en el ámbito de emprendimiento Lean Startup. Las grandes y pequeñas empresas hoy compiten por incorporar este modelo. El objetivo: Incorporar agilidad y adaptabilidad a sus estructuras para no ser derrotados por “cuatro chavales”. 

24/10/2016 - 

ALICANTE. El enfoque lean startup lo acuña el norteamericano Eric Reis en 2011. A España, llega un año más tarde, pero es sólo a partir de 2014 cuando empieza a oírse y aplicarse. Néstor Guerra es una de las voces autorizadas de este método por el cual grandes compañías -y no tan grandes- hoy suspiran y coautor del libro “España Lean Startup” en sus distintas ediciones. La Fundación Empresa Universidad de Alicante, FUNDEUN, lo trae al campus de San Vicente del Raspeig el próximo miércoles 26 de octubre para impartir un taller y conocer un método de trabajo que, “en esencia, es fracasar pronto, barato y rápido”.

El lean startup no ha mejorada las tasas de éxito de las starts-ups, porque eso es imposible; pero sí ha mejorado la capacidad de aprender de manera más rápido, asegura este emprendedor, mentor y profesor. Se considera que 8 de cada 10 empresas de este tipo no tienen éxito, “la gran diferencia que tenemos es que ahora no tardamos en fracasar dos años, sino dos meses”. La rapidez y agilidad que el sistema de prueba y error en versión low cost ha proporcionado a las startups es codiciado por todos aquellos que han asumido que competidor es cualquiera que tenga una buena idea y los clientes la validen.

El mercado cambia de manera brutal. Sólo así se explican fenómenos como el que produjo Pokemon Go. “Como no manejes la innovación, como parte estratégica de tu negocio, será complicado que sobrevivas. Aparece un Netflix y cierran tu videoclub. Y suena a risa, pero, de momento surge una startup llamada Pokemon Go y la gente se pone a capturar pokemon por las calles. Y parecía inaudito, sin embargo, se ha convertido en negocio millonario para pequeñas tiendas de barrio que ponen estos dibujos en su tienda para que los millennials entren a consumir. McDonald tiene un acuerdo con Nintendo para que aparezcan en sus tiendas y, de repente, sube un 11% en bolsa y un treinta y tantos por ciento sus ventas.

Las empresas de la Comunidad Valenciana han querido entrar de lleno en el método. “La situación en esta comunidad es que tenemos muchísimas acciones que están empezando a ocurrir. Están las aceleradoras de Valencia como Lanzadera o el propio Mercadona, o iniciativas como el coworking de la EOI en Alicante”, indica Néstor Guerra, las universidades se están poniendo las pilas, aunque seguimos muy por detrás de otros países como Alemania e Inglaterra.

Para Guerra, los centros universitarios, que tienen problemas de financiación, se están dando cuenta de que alumnos de último curso de grado quieren montar su propio negocio. Ya existen iniciativas como los programas Yuzz que están en Alicante y Valencia, financiados por el Banco Santander- para formarles durante todo un curso. Es inherente al emprendedor, empezar gastando muy poco y centrarse en construir un aporte al cliente y validando la idea, lo asegura desde la propia experiencia, ya que montó su propia startup de software para smart cities IEC (Intelligent Experience Consulting) en un chalet madrileño, donde dice que se creó “cultura de emprendimiento”.

Pero, volviendo al panorama empresarial local, este experto es consciente de las dificultades de asumir este enfoque, pues no se trata de una idea, sino de aplicar toda una cultura. Las pymes y las empresas familiares, base del tejido empresarial de la Comunidad Valenciana, tienen que empezar a trabajar en este contexto de innovación para evitar situaciones de k.o. Néstor Guerra afirma que son “ellos los que tienen el talento y los que deben aplicar la cultura de innovación. No tengo una fórmula mágica para decirles cómo hacerlo”. Tiene que ser por fases, con pequeños proyectos piloto, programas de interemprendimiento para que un pequeño grupo de la propia empresa se convierta en una aceleradora interna.

En sus clases y en su consultorías profesionales, promueve varias ideas. La primera es la de no frivolizar con la innovación, “porque, por definición, es difícil, es complicado. A todos les cuesta”. El problema es que la mayoría de estas empresas se han centrado en su cliente de ahora. Pero ya saben que su competidor no es la tienda de enfrente, es Amazon. No tienen que plantearse copiarle, porque posiblemente no puedan hacerlo, sino que puedan explorar e innovar a su cliente mucho más cercano, pero esto lo hace la cultura. Lo que sí sé, es que si no haces nada, habrá un día que desaparezca”.

La filosofía propuesta por lean startup es el lanzamiento de productos y servicios basado en conocimiento, experimentación científica y la interacción con el cliente antes de hacer un gran lanzamiento. Néstor Guerra trabaja en la actualidad con empresas como Telefónica o Repsol, ayudándoles a aplicar lean startup en la construcción de nuevos productos y servicios. Piensa que el valor que, hoy por hoy, aportan los emprendedores es que “la pregunta correcta no es si puedo hacerlo, es si debo hacerlo. Y en ese cambio surgen muchas cosas como: Lo que voy a construir merece la pena, va a aportar un valor, en el mundo real eso se cumple. Por eso, en lugar de hacer un gran lanzamiento y hacer un producto cerrado, lo que hacemos es un Producto Mínimo Viable (PMV) y lo que intentamos de manera muy rápida es validar con el cliente, a través de conversaciones experimentos o pruebas”. 

Este hecho confirma que la adaptabilidad y agilidad se ha convertido en una ventaja competitiva enorme. “La clave, y es lo que estamos viviendo, es que las grandes compañías sufrían de manera profunda que cuatro chavales en un garaje y en muy poco tiempo, sin clientes, ni nada, desarrollaran algo que el mercado validaba creando un valor nuevo sobre algo que era impensable. Esas nuevas amenazas, ya no son sólo para las multinacionales, sino también para las pymes”.

Guerra pone como ejemplos los casos de Airbnb para el sector hotelero tradicional, Whatsapp para las multinacionales de telefonía o Blabacar para los taxistas.

Sin embargo, señala sin dudarlo al sector de la banca como uno de los que está sufriendo de “manera profundísima -y mucho más que durante la crisis financiera- su falta de innovación histórica”.

La respuesta puede estar en aprender el sistema e incorporarlo poco a poco con una persona de la empresa o también creando cultura innovadora. Ahí la vocación docente de Guerra, premio al mejor profesor de la EOI 2013/14, es manifiesta. Cuando el miércoles se presente ante los asistentes al taller de FUNDEUN, será mucho más rotundo: “Es mejor no creerse las propias mentiras de uno. Sal fuera del edificio cuanto antes para validar tus ideas”, porque cree firmemente que este país necesita “profundamente a los emprendedores. Es un término de riqueza. El sistema está hecho para que sean las pymes las que generen esa riqueza y así el sistema funcionará mejor”.

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