VALÈNCIA. El sector de la energía renovable empieza a resurgir de sus cenizas en España pero la Asociación Valenciana de Empresas del Sector Energía (Avaesen) ya empezó a allanar el camino para las empresas valencianas hace cuatro años.
Con Bianca Dragomir como directora no solo han conseguido ser las manos del sector para salir al exterior o entrar en otros nichos, también han puesto en marcha una aceleradora de startups cleantech que se ha convertido en referente e incluso asesoran a clústers de otros países.
Dragomir fue galardonada con el premio 'European Cluster Manager of the Year 2016' y Embajadora de los clústers europeos 2016-2018 por la Comisión Europea. De origen rumano pero vinculada a la Comunitat desde que trabajara en proyectos europeos para la Generalitat, su intención es que Europa sepa que en València 'algo se mueve' y eliminar esa marca de impuesto al sol que se ha generado durante estos años.
- Recibió el premio a la mejor clúster manager del año en Europa. ¿Qué supone este premio?
- Supone una gran oportunidad. Siempre en España los clústers más reconocidos han sido los catalanes y los vascos por la política industrial que han tenido estas regiones. En Avaesen hemos conseguido el premio compitiendo con 2.500 clústers europeos, de todos los sectores. Para nosotros, como asociación, es importante, pero también para la Comunitat Valenciana. Hay que sacar pecho y llevar la bandera por Europa, y eso es lo que estoy haciendo. Estamos mostrando cómo hacer que las cosas pasen desde la innovación.
- Su llegada a Avaesen no fue fácil.
- Llegué a Avaesen hace más de cinco años. Llevaba más de dos años en Bruselas, trabajando en la Generalitat, donde estuve desarrollando proyectos europeos y en un cambio de la estructura en Avaesen me convierto en la directora. Cuando surge esto me encuentro 1.000 euros en la cuenta y 600.000 euros de deuda. En España había una gran crisis económica, a la que se sumaba la crisis del sector por la retirada de primas a las energías renovables y la crisis de un clúster infrafinanciado y mal gestionado.
La situación se produjo por las subvenciones que se dieron, no se pagaron, lo que provocó un cuello de botella impresionante. Respecto a la crisis del sector, de 235 empresas que teníamos hace poco más de 5 años en un año llegamos a tener menos de 100. Más de la mitad de empresas desaparecieron. Éramos tres personas encargadas de solucionar esta situación y pensamos, ¿ahora qué hacemos?
- ¿Cómo se pone en marcha la nueva estrategia sin prácticamente dinero en la cuenta?
- Fue todo un poco de sentido común. Las energías renovables es un sector que necesita servicios y hasta entonces Avaesen había tenido un modelo de asociación tradicional, de interlocutor entre el Gobierno y el sector. Nos dimos cuenta de que ese modelo estaba caducado y pensamos que había que hacer más con menos y vertebrar el sector desde la innovación.
Había muchas pymes que estaban desapareciendo y otras cuyo modelo tenía poco de innovación. Nosotros pensábamos que este sector tiene futuro, que la Unión Europea se lo cree, la mayor parte del presupuesto de la Unión Europea va hacia lo verde y nosotros no nos podemos quedar detrás.
Primero pensamos que debíamos hacer un modelo de asociación replicable y escalable en Europa y lo abordamos en tres etapas. Nos sentamos con cada una de las empresas para definir sus necesidades y ver cómo aportarles valor. Definimos un plan personalizado de acciones donde recogimos sus intereses y si los objetivos que nos comprometimos a llevar a cabo para las empresas en los siguientes dos meses no los podíamos llevar a cabo, si no cumplíamos, devolvíamos la cuota. Esto para nosotros fue un compromiso muy fuerte.
Seguimos con este modelo después de cuatro años y ninguna de las empresas ha pedido la devolución de esta cuota y es más, seguimos creciendo, tenemos 160 empresas que son pequeñas, medianas, grandes y startups. También trabajamos con ayuntamientos, universidades,... ahora sí que es un clúster de verdad. Somos una asociación vanguardista, atípica y muy enfocada a la empresa.
- Pero de ahí a tener hasta una aceleradora de startups...
- Pensamos que la innovación era lo que le faltaba al sector. El emprendimiento verde. La crisis ayudó a que las empresas, incluso las pymes, encontraran nuevas formas de negocio. Se empezó a trabajar con modelos descentralizados como el autoconsumo pero también con coches que funcionaban con paneles solares, diferentes modelos que no necesitaban primas ni subvenciones y tenían su propia viabilidad.
Lanzamos Climate-KIC Accelerator primero con el Ayuntamiento de Castellón. Luego lo hicimos regional y, con Avaesen como líder, unimos a Ivace, València con Vit Emprende, Castellón y Big Ban. En su segundo año de funcionamiento fue incluido en el ranking del top 30 de aceleradoras en España. Hasta principios de este año hemos acelerado 70 startups y el 90% siguen en el mercado. Ahora, como el programa sigue funcionando ya tiene estructura propia y nosotros solo estamos en la parte de asesores estratégicos.
- También están asesorando en otros países, lo cual dice mucho de lo que se está generando en la asociación.
- Una asociación pequeña como la nuestra consiguió liderar Climate-KIC Accelerator no solo en España sino en 12 países europeos. En Portugal, en Italia, en Rumanía, en Polonia, en Estonia... Lanzamos el programa en paralelo en 12 países. Lo lanzamos Pilar, mi compañera, y yo, con mucha implicación de Marcos Lacruz, el presidente.
Con este enfoque, 275 startups se aceleraron en poco más de tres años. Estas startups han creado 200 puestos de trabajo en sus primeros dos años y levantaron 10 millones de euros de inversión. Ahora los programas ya van funcionando solos. Con esto conseguimos llevar el talento al mercado pero además ponerles en contacto con empresas más consolidadas de la asociación como Grupo Gimeno o Elecnor. Empresas más grandes que querían incorporar innovaciones o co-crear.
Por ejemplo, APA Water es una startup que desarolló un sistema de nanoburbujas para piscinas. A través de esta nanoburbujas reemplazan el cloro con lo cual no hace falta utilizar productos químicos y no contaminan. Empezaron a trabajar con Grupo Gimeno, empresa de nuestro consejo directivo, y ya están llevando el producto al siguiente nivel. A partir de ahí era conectar con los inversores, que el tema cleantech no lo miraban. Trabajamos mucho con Big Ban y ahora hay mucho interés con esto y vamos a lanzar junto a ellos un vehículo de co-inversión en temas de smart cities.
- ¿Ahora han decidido entrar en las smart cities?
- Con todo esto ya funcionando dijimos, ¿que más inventamos? Resulta que en la asociación nos llaman muchos ayuntamientos para preguntarnos qué es viable y qué no, también por el tema de las smart cities y vimos que teníamos que poner un poco de luz en el sector. Por otro lado, teníamos un montón de empresas que querían aterrizar el concepto de smart cities.
En la Comunitat solo tenemos dos ciudades con un plan director de smart cities, València y Torrent. Vimos que había un gap en el mercado y pensamos en por qué no poner en una mesa a ayuntamientos, universidades, asociaciones y a todo aquel que tuviera que decir algo sobre el tema para co-crear. Parecía una locura, pero nos pusimos manos a la obra muy enfocados a las necesidades de los ayuntamientos y creamos un think tank de smart cities.
En un año tenemos 127 miembros de este think tank que es como un mini clúster dentro del clúster. Más de 30 ayuntamientos de la Comunitat Valenciana, pero también otros como Albacete y Murcia, trabajan sus retos y les ayudamos de forma gratuita. Luego trabajamos con las empresas para ver qué soluciones son mejores para esos ayuntamientos. Y después trabajamos con los bancos para ver cómo se pueden financiar.
Actualmente estamos con varios ayuntamientos como Altea, que quiere ir hacia una smart city para un turismo inteligente. Trabajamos con Vinaròs, Alcoi, Rafarbunyol. Todos estos ayuntamientos serán una smart city en los próximos meses cuando articulen sus convocatorias y sus programas de financiación para que realmente lo que ven que está funcionando en otras ciudades puedan aplicarlo. Solo así se puede hacer de verdad impacto. Hay que ser muy didácticos y poner en contacto.
Gracias al éxito del proyecto lo vamos a replicar en Budapest, en Frankfurt, en Birmingan, Bolonia... Estas ciudades se han interesado en replicar el modelo de trabajo público-privado porque que rompen una barrera. Los ayuntamientos tenían muchas barreras para dejar a las empresas entrar en su casa, de compartir información y aquí es una open innovation donde además conectamos la financiación. Avaesen también tiene un valor añadido y es que nos hemos traído un montón de proyectos de Europa y a día de hoy funcionamos con un modelo totalmente privado, que es la singularidad.
- ¿Cómo encaja la energía renovable en la estrategia smart city?
- El concepto de smart city es integral. Abarca las TIC, las eficiencias energéticas, el ciclo de agua, la gestión de residuos. Todo conjuntamente hace que una ciudad sea smart. Si solo se pone unos sensores por aquí y por allá, eso no es una smart city. Al principio fue un reto porque no todos hablábamos el mismo idioma y cada uno vendía por su lado sin pensar que tenía que estar integrado.
Hay empresas de TIC, agua, movilidad, startups. Cuando hacemos una guía al ayuntamiento les hacemos una integración de todas las patas. El reto es que los municipios más pequeños se integren. Hay tanto por hacer que también es negocio para nuestras empresas.
- València era pionera en smart city a nivel europeo pero parece que ha perdido comba.
- Se ha parado un poco el tema. Ya se sabe que últimamente por el concepto este de smart no fue muy acogido y se ha silenciado un poco el tema. Pero los proyectos a los que nos dirigimos en programas europeos València sigue siendo líder y se busca.
Se trata de poner las últimas tecnologías a pie de calle. Por ejemplo, Tecment Tecnología instaló material fotoluminiscente en un tramo de 30 metros de carril bici de La Devesa-El Saler. Las cosas pasan, quizá ha sido un poco silenciado últimamente, pero estoy segura de que saldrá otra vez.
Pero es que además hay una masa crítica impresionante de empresas innovadoras basadas en esto. Muchas veces es impresionante lo que puedes detectar poniendo el marco. Por ejemplo, con la innovación cleantech.
- ¿Cómo se consigue convencer a los ayuntamientos?
- Aquí lo que llama la atención siempre es el beneficio medioambiental pero el impacto más rápido es el ahorro económico. Pero con esto hay un cambio cultural con la forma de trabajar con los ayuntamientos pequeños. Antes cada concejal trabajaba por su cuenta y hemos conseguido sentarlos a todos en la mesa. En breves anunciaremos programas que se están lanzando con los ayuntamientos.
Que nos hayamos transformado a una asociación atípica real ha implicado que nuestro enfoque también se dirija a empresas de smart city, de ciclos del agua, hacia TIC, de gestión de residuos, porque todo tiene que ver con energía sostenible. En un mundo como el de hoy tenemos que tener una visión global. Estaba haciendo lobby cada uno por su cuenta y no con sentido común.
- Habrán tenido que apostar por la internacionalización ante el desolador panorama que hubo en España.
- Como no había mercado en España les ayudamos a que se internacionalizaran. Abrimos mercado en Reino Unido, Japón,... en cualquier país donde las empresas decían que querían ir contactamos con las embajadas, con las oficinas empresariales, contactos nuestros. Pusimos todos los contactos de la asociación al servicio de las empresas. Como una consultora, pero sin ánimo de lucro.
Entendimos que éramos la voz y las manos del sector. 100 empresas internacionalizadas, hemos ayudado a que las empresas creen pequeños clústers en destino. Por ejemplo, en Japón hicimos una misión para ver las posibilidades que había allí. Ocho empresas establecieron filial como Power Electronics, E-Energy o Valfortec.
Lo mismo pasó en Reino Unido. Grupotec es una de las pymes de la asociación y es la empresa española que más megavatios ha instalado en Reino Unido. En Japón la primera empresa extranjera que hizo un parque fotovoltaico fue de Castellón. A partir de ahí, también empezamos a abrir oportunidades en nichos de mercado en diferentes sectores.
La energía es un sector muy horizontal y vimos que podíamos trabajar con el sector hotelero, en eficiencia energética, por ejemplo. Contactamos con la Asociación de Hoteleros. También con el sector industrial como la automoción y el plástico empezamos a hacer una línea de negocio intersectorial. Con esto conseguimos que las empresas no se hundiesen y que la asociación siguiera existiendo. Esto fue superviviencia que luego a nivel europeo lo llamamos innovación frugal. Cuando no había subvenciones regionales y cuando muchas asociaciones desaparecían conseguimos mantenernos.
En la Comunitat Valenciana, antes de la crisis las empresas del sector han sido referentes del mundo. Nuestras empresas fueron a ferias internacionales como Los Ángeles para dar ejemplo de cómo es de fiable toda su tecnología. Se hizo un paréntesis durante unos años pero han tenido que sobrevivir en otros mercados y con suerte han mantenido su sede aquí. Ahora que se está abriendo el mercado siguen creciendo.
- ¿Cómo se ve València desde Europa?
- En Europa, hablando un poco de nuestro sector, se nos veía desafortunadamente como un país castigado por el impuesto al sol. Una mala marca del sector. Todos los inversores huyeron y prometieron no volver nunca más a España.
Para nosotros llevar la bandera de este sector en Europa ha tenido sus retos. Hemos tenido que rascar mucho y reinventarnos constantemente para dar valor y pasar de un discurso negativo a un discurso positivo. Ahora, sí que nos ven como un hub de co-emprendimiento y esto gracias al ecosistema emergente que se ha creado.
No podemos comparar Londres con València pero aquí se trabajaba de una forma muy conectada. La ciudad de València ha hecho un papel fundamental de aglutinar el ecosistema y nosotros hemos contribuido en la parte de cleantech. Pero tener un ecosistema que abre los brazos ha sido fundamental. Hemos conseguido con este programa transformar una marca de impuesto al sol a una marca de hub de eco-emprendimiento en el sur de Europa. Sobre todo es a nivel de posicionamiento de España y además lo hemos expandido al resto de Europa.
- ¿Se inspiraron en algún modelo para volver a impulsar Avaesen?
- En alguna de las piezas del puzzle. Vimos que se estaba haciendo en Alemania, en Londres, donde tienen 200 aceleradoras. Aquí, el mercado estaba más virgen porque no había ninguna aceleradora cleantech, la lanzamos nosotros por primera vez. Nos inspiramos pero nadie tenía nuestro contexto. Pensamos que en el punto donde estábamos era un desastre y que todo lo que pudiéramos crear era positivo. Teníamos un huerto con semillas, las cosas pasaban de vez en cuando, pero nosotros quisimos hacer de sol y de viento para que las cosas pasaran. Innovar fue una condición sine qua non de nuestra supervivencia y conseguimos estos resultados. Nos podía haber ido mal pero salió bien.
- No tienen subvenciones pero sí que se presentan a proyectos europeos.
- No tenemos desde 2011 subvenciones regionales ni nacionales. Sí que hicimos partenariado con varios programas de la Unión Europea, uno con Climate-KIC y otro Energy in Water, el mayor partenariado de clústers europeos para energía y agua. A través de estos dos programas, también canalizamos financiación para la innovación.
Esto era lo que necesitaba el sector, que estaba muy enfocado a grandes plantas fotovoltaicas con grandes parques eólicos, pero esto necesitaba llegar a las casas, a los grandes centros comerciales. Avaesen no solo ganó el reconocimiento a la mejor cluster manager sino también al mejor proyecto de clúster europeo en 2016. Por lo tanto fue una doble alegría.
A través de este proyecto, con otros nuevos clústers, apoyamos a 180 empresas que trabajan en el binomio energía y agua. Esto es un nuevo sector que está despegando. Visto todo esto, al margen de la parte de lobby que también hemos hecho para desbloquear el sector y permitir el autoconsumo, esto nos hizo ganar el premio.
- ¿Les han pedido ayuda desde la Conselleria de Economía con el sector de las renovables?
- Hemos trabajado con la Generalitat porque es una administración sensible al tema verde. Colaboramos para lanzar el plan valenciano de energía sostenible, sobre todo la parte de autoconsumo. Ahora, la Generalitat quiere que el 50% de la energía generada en la Comunitat Valenciana sea renovable. Canalizar los retos de la estrategia inteligente y de los fondos Feder hacia esa dirección es lo que vimos desde el principio.
Esto se tenía que haber hecho mucho antes, pero para nosotros ha sido un empujón. Ahora estoy trabajando en Bruselas en la Semana Europea de Regiones de Ciudades pero también colaboramos con la dirección general de Industria para articular sus programas para clústers europeos.
La conferencia europea Grow your region será en València y estaré participando en la apertura, también estará el presidente de la Genrealitaty altos cargos de la Unión Europea. Ahí es un buen marco para dar a conocer lo que funciona. Se tratar de hacer de innovation broker y vertebrar la innovación.
- ¿Ha llegado la Generalitat un poco tarde al desbloqueo del sector?
- Nosotros hemos estado en contacto con ellos y existen varias barreras, muchas veces burocráticas. Ha tardado pero lo importante es que está pasando. El tema de autoconsumo se está desbloqueando, también el plan eólico que es una oportunidad de millones que pueden aprovechar las pequeñas empresas. Es una sensación positiva que tenemos después de muchos años.
- Respecto al autoconsumo, ¿se ve interés?
- Totalmente. Hay quienes nos llaman a la asociación. Tenemos la función de poner un poco de luz al sector. No saben si es rentable, viable, legal, y esto requiere un tiempo. Pero también con la campaña que se lanzó hace pocos días de autoconsumo se están haciendo grandes avances.
La gente no tiene tanto recelo respecto al tema. Y ojalá podamos ir a Ikea próximamente y ver kits fotovoltaicos que te lo llevas a casas y te lo pones como pasa en Bélgica. Esto es el futuro. Así no solo las pymes tendrán trabajo sino que los nuevos emprendedores tendrán más confianza de ir hacia esto. Muchas veces, los emprendedores con todo en contra siguen desarrollando soluciones que no tendrán cabida en el mercado hasta dentro de unos años, eso es valentía.
El viaje de Avaesen ha sido igual de duro que el de una startup. El problema es que ha habido tanta subvención que ya no sabías qué asociación valía y cuál no. Esto desconcierta también a las empresas. Y lo mismo ha pasado con la eficiencia energética. Mucho desconocimiento, muchas incertidumbre, mucha ignorancia. Ahí Avaesen ha hecho mucho papel.
- ¿Ha quedado Avaesen escarmentada con las subvenciones?
- La verdad es que fueron un desastre para la asociación y para las empresas. Se han hecho cosas sin que haya una demanda real, por eso enfocamos todo el modelo de negocio desde la demanda, lo hacemos porque se nos pide. Esto lo hemos hecho tanto empresas a nivel individual como proyectos que lanzamos.
Pero sí creo que bien articuladas las subvenciones se puede tener un impacto multiplicador brutal, pero siempre financiando algo cuya viabilidad ya ha sido demostrada. Las subvenciones que he visto que están saliendo regionales y nacionales van hacia eso. La Unión Europea siempre lo ha hecho así. Subvenciona cosas que tengan replicabilidad Europea y ha sido escrupulosa con sus mercados y su dinero. Y ahora, por suerte, también está pasando aquí.
Ahora, con un sector que va adelante, innovador, y con una Generalitat sensible a esto entramos en el futuro. Lo único que hace falta es seguir aportando energía para el sector energético porque no la había, y lo que hace falta es que una asociación como Avaesen no solo sean un instrumento de difusión de la legislación o conseguir subvenciones sino para sofisticar la estrategia de las propias empresas. Esto es el cluster del futuro. Un instrumento que ayuda de abajo a arriba a la administración a crear sus programas. En Dinamarca están co-creando con la administración pública constantemente. La administración debería utilizar este instrumento.
- El Estado está abriendo la mano con las renovables a través de las subastas. ¿Ha cambiado la visión sobre las renovables?
- Porque tiene que cumplir los objetivos 2020. Entonces, como no lo han hecho hasta ahora, lo están haciendo en el último momento para que los plazos permitan cumplir los objetivos. Se lanzaron los miles de megawatios para las subastas pero el sector está un poco en sock. Después de que hace unos años que el sector estaba desconectado de las oportunidades del sector, 3.000 megavatios, 2.000 megavatios, es una locura.
Esto es quizás es más un Estado de ánimo del sector que el Gobierno se está espabilando. Pienso que no se lo cree pero tiene que cumplir objetivos de la Unión Europea y España está en la cola y esto contribuye a la mala marca.
Cuando íbamos a Reino Unido nos preguntaban que por qué no lo hacíamos en España y les decíamos que porque la legislación no lo permitía. Por otra parte, se nos ve que nos hemos reinventado y ahora con la visibilidad que se tiene de València con esta asociación mi intención es, cada vez más, cambiar la percepción y que se vean las cosas buenas que están pasando.
El ecosistema efervescente que tenemos, cómo un sector se ha reinventado para no desaparecer, y lo que va a pasar con el sector de la energía es lo que pasó con internet. Hoy tenemos gasolineras pero mañana no habrá, tendremos coche eléctrico. Hay que estar siempre atentos para ver las oportunidades y nuestro papel ahí es fundamental.
- ¿Les gusta el modelo?
- De momento el modelo es el que es. Una fórmula competitiva en el cual las pymes pueden participar si se unen. Este es el modelo que hemos hecho con smat cities. Hay muchas empresas enfocadas en lo mismo pero si se unen pueden llegar a muchos más proyectos. En la parte de smart cities hay una tarta muy grande mientras que en la parte de la subasta se abren tres ventanas.
- ¿Debería haber un pacto de Estado por la energía renovable?
- Tarde o temprano iba a pasar esto. Hemos conseguido mantenernos a flote y ahora está creciendo. Hemos llegado hasta aquí y ahora empieza una nueva etapa del trabajo. Hace dos semanas estuve en Canarias en una reunión de todos los clústers turísticos de España. Es un sector muy saneado y en un momento de bonanza se paran para ver cómo abordar una estrategia inteligente. Ya no solo asociaciones como Hosbec, o municipios como Altea, sino con clústers de Asturias, Galicia, Canarias, porque se enfrentan a un reto de sostenibilidad turística.
- Ha sido la primera mujer en ser galardonada con el premio 'European Cluster Manager of the Year'. ¿Qué le parece?
- La comision Europea está presumiendo mucho de esto. Sí que creo que es una buena noticia. Es una buena noticia que se rompan estas barreras de mujer-hombre pero también las barreras de edad. Estamos en un momento de romper con todo. De los grandes parques eólicos a la energía descentralizada. Es un momento de cambio impresionante en la forma de hacer las cosas y que yo sea la primera mujer también es símbolo del cambio, de una forma de hacer las cosas con más frescura.