MADRID. Los informes sobre el mercado laboral estadounidense, que culminaron con los datos de las nóminas no agrícolas de junio, resultaron algo menos favorables de lo esperado. Aunque los datos no pueden calificarse de débiles (y, de hecho, los rendimientos de los bonos estadounidenses siguieron subiendo a lo largo de la semana), los mercados de divisas los interpretaron como un indicio de que las últimas subidas del dólar podrían haber sido un tanto desmesuradas y se deshicieron las operaciones más populares.
El ganador de la semana pasada fue el yen japonés, que repuntó con fuerza a pesar de que las divisas de los mercados emergentes se depreciaron, señal de que las operaciones más populares del año se están topando con vientos en contra y las posiciones de los operadores se están frenando.
Esta semana nos centraremos en ver si el reciente repunte de la volatilidad de las divisas y la liquidación de las populares operaciones en 2023 continúa. El miércoles se publican los datos de inflación de EE UU correspondientes a junio. Se espera un nuevo descenso tanto del índice general como del subyacente, lo que podría ser positivo para los maltrechos mercados de renta fija estadounidenses, pero negativo para el dólar. En el Reino Unido se publicará el informe de empleo de mayo y el PIB mensual, pero por lo demás será una semana tranquila en cuanto a noticias macroeconómicas.
Las ventas al por menor correspondientes a mayo y los datos revisados de los índices PMIs de junio fueron más suaves de lo esperado, lo que se suma de nuevo al pesimismo que ha empezado a cundir sobre la economía de la eurozona. Por el momento, el euro ha podido resistir, y creemos que todavía hay demasiado pesimismo en torno a la recuperación china.
Esta semana se presenta muy ligera en cuanto a datos de la eurozona. Para bien o para mal, no se conocerá mucha información de aquí a la reunión de julio del BCE, por lo que la evolución de la moneda común dependerá de los discursos de los bancos centrales.
El informe de nóminas de junio estuvo dividido. La encuesta de las empresas sugirió un cierto debilitamiento del impulso de la creación de empleo, mientras que la encuesta de los hogares mostró un desempleo todavía más bajo y un modesto repunte de los salarios. Ni estos ni otros datos recientes contradicen la opinión de que la Reserva Federal subirá los tipos de interés a finales de mes, una decisión que los mercados dan ahora mismo unas probabilidades del 90%.
Esta semana la atención se centrará una vez más en los datos de inflación. Los mercados confían en que el informe de junio muestre una continuación de la tendencia a la baja del índice subyacente. Dadas las importantes ventas que se han observado recientemente en los mercados de renta fija, una sorpresa moderada podría tener un mayor impacto tanto en esos mercados como en el dólar estadounidense.
La incesante marcha al alza de los tipos de interés en Reino Unido, provocada por la racha de shocks inflacionistas y el renovado interés del Banco de Inglaterra por el problema, sigue favoreciendo a la libra, que ya es la divisa del G10 con mejor rendimiento en lo que va de año.
La clave esta semana será el informe de empleo de mayo y, en particular, la cifra de crecimiento salarial. Mientras esta cifra se mantenga por encima del 7%, será difícil para el Comité de Política Monetaria descartar el riesgo real de efectos de segunda ronda. En general, el entorno nos parece propicio para una mayor fortaleza de la libra.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury
El analista recopila lo más destacado de las últimas referencias macro e informes económicos publicados referentes al Viejo Continente