La prestigiosa cofradía solo cuenta con nueve españoles en sus filas, tres de ellos pertenecientes a Bierwinkel
VALÈNCIA. La Chevalerie du Fourquet des Brasseurs son los descendientes directos del antiguo gremio de los Cerveceros, nacido en el siglo XIV y se han convertido en un punto de encuentro universal en torno a la cerveza. Está dirigido por el Gran Maestro, Frank Boone, cuyo puesto se renueva cada 4 años. No es nada fácil entrar en el gremio, pero a partir de ahora, habrá un español más: Paco Valls, controller de Bierwinkel, única empresa española que logra que tres de sus miembros formen parte.
Durante la celebración de la Belgian Beer Weekend se han realizado dos ceremonias para nombrar nuevos caballeros de la Chevalerie du Fourquet des Brasseurs. La primera tuvo lugar el viernes en el Ayuntamiento de Bruselas, con la novedad de dedicarse a jóvenes cerveceros como Edward Martin, maestro cervecero de John Martin que ha trabajado en Timmermans, Bourgne des Flandres y Waterloo; o Ariane Dewulf, directora de producción de Chimay; o la directora de los Cerveceros Belgas, Nathalie Poissonnier.
La segunda tuvo lugar el sábado en la Maisson des Brasseurs, donde fue nombrado Paco Valls. Junto a él, una quincena de caballeros de honor y de derecho, procedentes de China, Estados unidos, Italia, Rusia, Paises Bajos, Reino Unido, Holanda, Alemania, Suiza, Tailandia y Kazajistán. La prestigiosa cofradía solo cuenta con nueve españoles en sus filas.
Paco Valls tuvo su primer contacto con el mundo de la cerveza belga en 1998, de la mano de Christian Jardel, consejero delegado de Bierwinkel, y creció al ser nombrado por la joint venture que los unió en 2002 a Anthony Martin, Chartered Controller Analyst. Hasta hoy, Valls analiza el pasado, gestiona el presente y mejora el futuro del mundo cervecero belga en el mercado español.
Para ser Chevaliere D’Honneur has de servir bien a la profesión cervecera y ejercer de embajador de la misma. Los objetivos de la Chevalerie du Fourquet des Brasseurs, sin ánimo de lucro, pasan por preservar las tradiciones, en especial aquellas que provienen de Gambrinus, rey de la cerveza, y San Arnauld, patrón de los cerveceros. Trabajan para dignificar la noble profesión de cervecero, poniendo en valor la cerveza belga y su cultura, así como la industria y los saberes cerveceros, apoyando las investigaciones y los estudios.