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el documental sobre 'el pibe de oro'

Maradona: Luces y tinieblas del dios del balón

El director del oscarizado documental Amy, Asif Kapadia, disecciona en su nuevo documental que puede verse en Movistar Plus a Diego Armando Maradona quien, como cantaba Andrés Calamaro, no es una persona cualquiera: es, probablemente, el mejor jugador de la historia y todo un personaje

| 08/07/2019 | 11 min, 58 seg

VALÈNCIA.-Cuando Asif Kapadia (Londres, 1972) rodó en 2010 su documental sobre Ayrton Senna, quedó prendado del piloto brasileño de Fórmula 1. Lo mismo le sucedió en 2015 con la cantante británica Amy Winehouse, a la que dedicó una película biográfica (Amy. La chica detrás del nombre) que se alzó con el Óscar al Mejor Documental. Pero enamorarse de Diego Armando Maradona ha sido más difícil. «Hay aspectos grandiosos de su vida y de su carisma, pero le acompaña un elemento espinoso con el que es complicado lidiar», compartía el director inglés con Plaza en el pasado Festival de Cannes, donde presentó fuera de concurso su película sobre el astro del fútbol.

La razón estriba en que en esta rara ocasión, el realizador afronta el retrato del ascenso y la caída de un icono vivo. Como los protagonistas de sus largometrajes precedentes, como James Dean, Kurt Cobain o Janis Joplin, el pibe de oro ha vivido rápido, pero no ha muerto joven. ¿Qué sucede entonces si esa leyenda respira, si acumula años mientras pierde sus habilidades físicas? El resultado no es una biografía completa, con su arranque, su nudo y su trágico desenlace, porque el protagonista sigue arañando titulares internacionales. «Cuando crees que lo has retratado, da un quiebro a tu historia y la vuelve irrelevante. Si escribes un libro biográfico, en el momento en el que pulsas enviar a tu editor, tu texto se queda desfasado», considera el cineasta.

Su nuevo proyecto llegó a las pantallas el pasado verano, con toda la expectación que despierta la turbulenta personalidad de su nuevo sujeto fílmico. Ahora puede verse en Movistar Plus.

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«Allá donde va habrá caos, habrá problemas. Maradona se nutre de tensión, de enfado, y si no hay lío, él va a provocarlo. Es inevitable que algo se tuerza si va bien, porque así es él. Quiere paz, pero al mismo tiempo, no la quiere. Quiere ser querido y adorado, pero también dejado de lado. Es una contradicción con patas. Nápoles en los ochenta era una locura, y este tipo era perfecto para esta ciudad. Eran el uno para la otra», resume el realizador, que ha centrado la película en el periodo napolitano del 'Pelusa'.

Una mina audiovisual

La espina dorsal del filme es un tesoro encontrado en 2002 por el periodista deportivo reciclado en productor independiente Paul Martin: quinientas horas de metraje inédito sobre la vida íntima del jugador de fútbol desde 1981 hasta 1987. Este lapso abarca el periodo en el que se marchó al Barça y después fue transferido al Nápoles. 

El icono más famoso del fútbol y la ciudad más ardiente y peligrosa de Europa formaron el cóctel perfecto durante siete años de gloria, endiosamiento y adulación, para caer en la recta final en el odio visceral y el repudio. Comprenden el periodo en el que el delantero lideró al equipo del sur de Italia hasta conseguir el primer Scudetto de su historia, así como el instante memorable en el que alzó la Copa del Mundo para Argentina en México 86, pero también el abuso de estupefacientes, su relación con la camorra napolitana, los devaneos sexuales y la negación de la paternidad de su primogénito, Diego Sinagra, hijo de una relación extramarital y al que no reconoció hasta pasados dieciochos años. 

«Fue un héroe para los napolitanos, porque venció al norte. Les hizo sentirse orgullosos. Nunca habían ganado nada antes, hacían canciones sobre ellos, los despreciaban, y el mejor jugador del mundo se va a ese equipo y lo lleva a la victoria», sintetiza Kapadia. Las imágenes fueron rodadas por dos cámaras contratados por el mánager del deportista, y ven la luz ahora, en 2019, secundadas por la voz en off del mismísimo rey del esférico.

Pero ¿qué puede aportar a estas alturas este nuevo proyecto a la estela de un astro que ya ha sido captada por el director serbio Emir Kusturica en su documental Maradona by Kusturica en 2008, así como en los documentales Amando a Maradona (Javier Vázquez, 2005) y Maradona, el pibe de oro (Jean-Christophe Rosé, 2006)?

«Es una película para nada condescendiente con Diego: es muy franca, muy dura, no lo endiosa, como suele suceder; tampoco lo condena, pero muestra su lado oscuro», detalla el biógrafo oficial del futbolista, Daniel Arcucci, una de las voces que ofrece su testimonio en el filme.

También fueron entrevistados su exmujer, Claudia Villafañe, sus hijos, Dalma Maradona y Diego Jr., así como sus entrenadores, sus compañeros de equipo y sus mánagers, «gente que quizás lo conocen mejor que él a sí mismo», apostilla Kapadia, que habló con todos ellos mucho antes de poder sentarse distendidamente a departir con Maradona.

Verdades a la cara

El director intentó conversar con su protagonista antes de arrancar el proyecto, pero fue en vano: «En esa época estaba viviendo en una isla con forma de palmera gigante en Dubái. Todo mi equipo quería conocerlo, así que fui con los dos productores, un traductor, un cámara y un sonidista. No fue barato. La mañana que íbamos a entrevistarlo, nos dijeron que volviéramos la siguiente, y así cuatro días seguidos. Cuando al fin conseguimos reunirnos con él, tan solo fueron cinco minutos, porque no se encontraba bien. Así que pensé que la siguiente ocasión iba a ser flexible y vendría sin séquito. Y que lo iba a grabar yo mismo».

Volvió a su encuentro medio año después y consiguió hablar con él hasta en tres ocasiones. Esta vez, con calma. Pero se percató de que Diego Armando no es la persona más fiable para relatar su propia historia, porque elabora su propio mito, que se contradice con las declaraciones de otros entrevistados y con las mismas imágenes en pantalla.

«el barça le llegó en un mal momento, así como nápoles le llegó en uno bueno. pero era otro barça y otro maradona»

«Tratas con una persona a la que le preguntas por algo y se sale por la tangente y te contesta a otra cosa. Ha sido un duro reto para nosotros. No es una película limpia, prolija. Amy y Sena fueron muy difíciles, desgraciadamente murieron muy jóvenes, pero había una simplicidad en la historia», compara el director. 

En la revista Deadline, Kapadia relata cómo en un momento crucial de la entrevista, su interlocutor le espetó: «Eres muy osado al hacerme estas preguntas a la cara. Mucha gente me diría las cosas que tú me estás diciendo a la espalda, y tú lo estás haciendo de frente. Y por eso, te respeto».

En la tensa charla surgieron cuestiones como su fama de mujeriego, su amistad íntima con la mafia y su toxicomanía.  «Era inevitable que cayera en la adicción. El problema es que todo en la vida de Maradona es exagerado, incluso la manera en que consumía cocaína. Yo tuve la oportunidad de conocer muy de cerca a familiares y allegados que consumían mucho y estaban enfermos, y me dijeron que él les sobrepasaba. El cuerpo de Maradona es un milagro; cualquiera de nosotros que le hubiera hecho al suyo el 10% que él no estaría sentado aquí», concluye Arcucci.

Su expreparador físico, Fernando Signorini, que también ofrece su punto de vista en la película, secunda su opinión: «Yo conocí a Diego cuando todavía era Diego, y después tuve que soportar a Maradona. Seguí a su lado, fundamentalmente, porque quería brindarle mi apoyo para que tuviera elementos con los que pelear contra ese fenómeno que había provocado su fama. Jorge Valdano, compañero suyo cuando fueron campeones mundiales con la Selección Argentina, dijo que Diego era el mejor cuando quería hacer las cosas bien, y el peor, cuando las quería hacer mal. Debía ser el primero en todo».

Diego nuestro que estás en la Tierra

'El barrilete cósmico', como así le apodaron en su tierra, despierta tanto amor como odio, y siempre exacerbado. Existe incluso una religión paródica que profesan sus fans, la Iglesia Maradoniana, donde los años se cuentan desde el nacimiento del Pelusa, en 1960. Tiene su propio Padre Nuestro, que arranca con la estrofa «Diego nuestro que estás en la Tierra», y entre sus Diez Mandamientos están los de «Difundir los milagros de Diego en todo el universo» y «No proclamar a Diego en nombre de un único club». Solo en España, hay en torno a 9.000 fieles.

Es un tipo astuto, de físico fornido y achaparrado, tocado por una gracia excepcional. Nació en la ciudad de Lanús, pero creció en Villa Fiorito, una barriada marginal de Buenos Aires. 

«Me interesan los personajes con sombras, y Maradona es un niño de la calle que llegó a la cima, dentro y fuera del campo. Es difícil precisar su personalidad, porque se autoprotege, pero tiene una forma de vivir, existir y sobrevivir que guarda mucha relación con su procedencia de un lugar muy duro. No ha dejado de ser ese chaval», considera el oscarizado cineasta.

Maradona defendió los colores de Argentinos Juniors, Boca Juniors, Barça, Napoles, Sevilla y Newell’s Old Boys. El montaje inicial del documental incluía tres cuartos de hora de su periodo en Buenos Aires y en el Barça, pero al final se recortaron a cinco minutos que aparecen en los títulos de crédito que abren la película.

«Su tiempo en la Ciudad Condal ya le ha quedado muy lejos. Su fichaje por el Barça fue el primer gran cambio en su vida: fue su exposición a la fama y su primer gran golpe. Allí comenzó con la adicción a la cocaína. Era muy joven y fue un gran cambio, porque aun estando en Boca Juniors y siendo muy popular, estaba en su país. Barcelona le llegó en un mal momento, así como Nápoles le llegó en uno bueno. Un Maradona más grande hubiera hecho otra historia en Barcelona. Pero, ojo, igual que era otro Maradona, también era otro Barça», argumenta Arcucci. 

Aunque padeció los embates de una prensa intrusiva y el acoso de los fans, el excelso futbolista tuvo la suerte, entre comillas, de experimentar todo aquello en un momento previo a la eclosión de las redes sociales.

«Agradezco que todo aquello que ha vivido, que ha sido muy penoso, le haya pasado en los ochenta y no en este tiempo, porque con Facebook, Twitter e Instagram no hubiera sobrevivido. Hoy no estaría vivo y hubiera tenido esa vida corta que tanta gente le auguró», reflexiona su biógrafo.

Según Arcucci, el Pelusa recuerda ahora el periodo de Nápoles con un sentimiento de amor de ida y vuelta. Y lo mismo le sucede en Inglaterra: «Dice que va allí y lo respetan. De hecho, hace un año estuvo en la cancha del Tottenham con Osvaldo Ardiles y le regalaron una camiseta y todo el estadio lo ovacionó». 

La venganza de las Malvinas

Asif Kapadia, inglés y fan del Liverpool, le quita hierro a 'la mano de Dios', nombre con el que se acuñó el gol antirreglamentario marcado por el jugador en los cuartos de final de la Copa Mundial de Fútbol de 1986, y que le procuró el triunfo a los albicelestes frente a Inglaterra: «El fútbol es un juego de engaño, versa sobre la mentira. Cada jugador, cada equipo, hace trampas y si cuela, genial. Él había hecho ese truco otras veces, en Argentina, en Nápoles... A veces le salió bien la jugada, otras, no, pero en esa ocasión fue en un gran estadio y en un partido fundamental. Si ganas con artimañas, es incluso mejor, porque duele más al contrario. Y así ha pasado para los fans ingleses, porque todavía hablamos del tema». 

Una vez terminada la película, el director acordó enseñarle el resultado al genio del balompié en la televisión de su sala de estar en los Emiratos Árabes. Pero Maradona se fue a vivir a Bielorrusia. «Miré en el mapa y pensé que estaba cerca de Londres, pero entonces me dijo: 'Espera, voy a estar en Colombia'. Vale, a Colombia no iba a ir. Al tiempo me anunció que visitaría Moscú para la Copa del Mundo. Y pensé que no sería un buen momento para enseñársela. Así que quedamos en Argentina. Reservé los vuelos y dos días antes de embarcar, aceptó un trabajo en México. Esa es la situación con la que te enfrentas. Maradona es escurridizo», detalla el realizador.

Hasta el último momento, el equipo, Daniel Arcucci incluido, pensaba que el voluble DieGol acudiría a la premier en Cannes, pero no fue así: «Que no viniera al estreno no tiene que ver con que le guste o no la película. Con Maradona nunca sabes lo que va a hacer. Puede estar sentado en esa mesa de ahí al lado y asegurar que va a venir a hablar contigo y cruzarse e irse para el otro lado. Es impredecible. Tiene muchos altibajos de ánimo, pero no de salud. Hay Pelusa para largo». 

* Este artículo se publicó originalmente en el número 57 de la revista Plaza

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