"Aunque cada municipio tengan su casuística, el objetivo final es el mismo: ganar elecciones", destacan desde la dirección socialista
VALÈNCIA. Tendrán una nueva oportunidad. El PSPV quería iniciar el último año antes de las elecciones de mayo de 2023 con todas las direcciones de las agrupaciones de municipios de más de 10.000 habitantes escogidas. Casi lo ha conseguido. Le han quedado dos excepciones (si no contamos la gestora nombrada directamente en Chiva ante la división en la militancia). Se trata de Alzira y L'Alcúdia, ambas en la comarca de la Ribera Alta.
Ante la duda de si constituir una gestora o de si alargar el plazo, ha optado por la segunda. Lo ha hecho sin una fecha límite determinada, aunque con la intención de que en este mes de junio puedan convocar las asambleas y finiquitar de una vez este proceso.
En el caso de L'Alcúdia teóricamente resulta más sencillo. Basta que la estructura orgánica local lleve a cabo el trámite. El alcalde, Andreu Salom, con mayoría en el pleno, y su equipo, apuestan por la candidatura a la secretaría general del historiador Francesc Martínez Gallego, conocido por sus libros sobre periodismo y por haber dirigido áreas como Cultura o Comunicación en el mandato 2015-2019.
No obstante, en la agrupación goza de un importante predicamento Francesc Signes, primer edil durante 16 años (1991-2007) y, posteriormente, diputado autonómico y portavoz de Infraestructuras y Medio Ambiente y alto cargo de la Generalitat. Las reticencias de Signes al nombramiento de Martínez Gallego resultan decisivas en la demora en la convocatoria.
La citación asamblearia parece, en teoría, más sencilla de resolver para el PSPV en L'Alcúdia que en la capital de la comarca, Alzira. En esta población la dirección autonómica socialista tuvo que paralizar la asamblea tras recibir denuncia de un defecto de forma en la convocatoria. En esa cita iban a competir dos candidaturas: la encabezada por Adrià Sarria, respaldado por la secretaria general, Isabel Aguilar, y la crítica de Gemma Alós. La propuesta de Sarria se basaba en la comunicación constante como eje vertebrador, impulsar la participación activa de cada militante y la evaluación continua a la gestión. Defiende "dar una imagen de unidad y credibilidad de cara a poder ganar las próximas elecciones". Por su parte, su contrincante, Gemma Alós, reclamaba un cambio interno del partido, para lo que habla de proyecto renovador y una nueva forma de hacer política.
Las diferencias se elevaron entre ambas partes hasta llegar a una disputa pública, que indujo tanto a la cúpula comarcal como a la autonómica a retrasar el proceso para "rebajar la tensión" y evitar un mayor deterioro de la imagen del partido. Han pasado dos meses desde aquel 9 de abril en que se tenía que celebrar la asamblea y todavía no existe fecha para volver a convocarla. "Se ha aplazado sine die", ratifican desde la cúpula del PSPV.
Con esta prórroga pretenden un acercamiento entre ambas candidaturas para alcanzar un consenso tanto en la secretaría general como, sobre todo, en la posterior lista electoral. En Alzira, localidad principal de la comarca y fundamental en la suma de votos para escoger a los diputados provinciales por este partido judicial, el PSPV cuenta únicamente con tres ediles, un tercio de los conseguidos por Compromís y una séptima parte del total del pleno.
El partido que secretaría Ximo Puig tiene en Alzira una de las poblaciones señaladas como prioritarias para mejorar resultados. Para ello pretende presentar una candidatura competitiva en la que sume las diferentes sensibilidades de la población y que incluso pueda atraer a algún perfil independiente con tirón. No obstante, para ello y con el objetivo de recabar un mayor número de votos "hace falta que nos vean como un partido unido", según hacen hincapié desde el PSPV.
Mientras, la cuenta atrás electoral sigue corriendo. De momento, con margen; no obstante, a partir de septiembre se acelerará el proceso de inicio de contactos, búsqueda de cabeza electoral, y confección y presentación de listas. En L´Alcúdia, con un candidato claro a la alcaldía, la demora en escoger al secretario general no supondrá teóricamente un lastre; en cambio, en Alzira puede acabar de horadar la imagen de un PSPV menguante frente al popular primer edil, Diego Gómez, de Compromís.
En cualquier caso, como indican desde la dirección socialista, "aunque cada localidad tiene su casuística, el objetivo final de las medidas adoptadas es el mismo: ganar las elecciones".